«Emigrantes del balón», microcuento ganador del concurso «Del Balón al Boli».

Estaba tan tranquila, con la mano aguantando el mentón y el codo apoyado en la ventanilla, cuando mi mirada quiso engañarme. Hacía como que observaba el paisaje, pero a la vista solo tenía recuerdos. Volví a pensar, por enésima vez, en todo lo que dejaba atrás de esta larga carretera.

Me cuesta hacerme a la idea de que no les volveré a ver. Al menos, n o como antes. Después de tantos años juntos, hemos tenido que separar nuestros caminos… Bueno, he sido yo quien ha tenido que cambiar de sendero.

Atrás dejó incontables horas de risas, de abrazos, de bailes, de confidencias, de charlas con amigos… Atrás quedan sus consejos, en el campo y fuera de él. Y los míos, que también los echarán de menos. Atrás dejamos los regates, los « uy » al unísono de los chutes que fueron al larguero, el cachondeo tras las caídas en los entrenamientos, pero también esas manos siempre dispuestas a levantarte …

Atrás quedan nuestras celebracion es de los goles, los aplausos tras las paradas y los pulgares arriba por los pases al hueco. Atrás dejó el entusiasmo de aquella grada tan fiel, con sus tambores y sus bufandas girando inagotables en el aire. Atrás se queda la familia que formamos … Al menos, sé que ellos seguirán cu idando del escudo en mi nombre.

Además, no puedo fallarles . Confían en mí , puede que más que yo ahora mismo. Confían en que llegaré a ser una gran jugadora , pero… Una nueva ciudad, un nuevo club, mi primera vez con compañeras… No será f cil, aunque creo que saldrá bien. De todas formas, e ra mi única opción para seguir disfrutando de esta aventura tan bonita que es ser futbolista. En fin, sea donde sea , ¡ siempre lo daré todo!

A las que dejaron atrás su tierra para poder crecer como futbolistas.

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